Este libro es una generosa dádiva, una consecuencia natural de querer compartir sentimientos y vivencias de un saber iniciático acumulado por tres autores españoles y una fotógrafa francesa residente en España. Han escrito un libro que es una prueba más, muy elocuente, de la capacidad del Fado para movilizar sensibilidades, estén las almas sensibles donde estén. Lo han comprendido bien, porque no lo han separado de las características del pueblo en el que tiene lugar, del arte, del urbanismo circundante. Han querido y sabido transmitir a quien los lea, el deleite que les provoca el Fado, el placer que sienten al deambular por las callejuelas de Lisboa, al conversar con los lisboetas, al leer los escritores portugueses, al extasiarse frente a la luz inconfundible que el Tajo refleja. Lo han hecho con una mirada de noextranjeros, sino de vecinos y amigos; sobre una música que no les resulta extraña, porque la sienten como pocos; sobre una ciudad que ya es suya, porque la aman; sobre un pueblo cuya alma entienden, porque se sienten entre él como en familia.
Este libro es una generosa dádiva, una consecuencia natural de querer compartir sentimientos y vivencias de un saber iniciático acumulado por tres autores españoles y una fotógrafa francesa residente en España. Han escrito un libro que es una prueba más, muy elocuente, de la capacidad del Fado para movilizar sensibilidades, estén las almas sensibles donde estén. Lo han comprendido bien, porque no lo han separado de las características del pueblo en el que tiene lugar, del arte, del urbanismo circundante. Han querido y sabido transmitir a quien los lea, el deleite que les provoca el Fado, el placer que sienten al deambular por las callejuelas de Lisboa, al conversar con los lisboetas, al leer los escritores portugueses, al extasiarse frente a la luz inconfundible que el Tajo refleja. Lo han hecho con una mirada de noextranjeros, sino de vecinos y amigos; sobre una música que no les resulta extraña, porque la sienten como pocos; sobre una ciudad que ya es suya, porque la aman; sobre un pueblo cuya alma entienden, porque se sienten entre él como en familia.